Christina Rosenvinge vuelve a México a presentar ‘Lo nuestro’

Publicado en Acordes Modernos.

Christina Rosenvinge | Facebook del artista.

Christina Rosenvinge | Facebook del artista.

En la escena del rock, hay formas de cantar muy particulares. Una de ellas es la de la madrileña Christina Rosenvinge. La suya es una voz que te susurra que te acostumbres a ella. Pero una vez que te es familiar, no se olvida.

Este 5 de marzo, después de casi seis años de ausencia, podremos disfrutar de su voz y sus canciones en vivo, en el Foro Indie Rocks, en un concierto que se enmarca en los festejos del cuarto aniversario de la revista Contracultura. Los boletos los puedes adquirir en la tienda Rebel Shop Condesa ($350), aunque también estarán a la venta el día del evento ($380). Un día antes, el viernes 4, la cantante estará firmando autógrafos en el foro Discoteca.

Christina, acompañada de sus músicos, estará presentando su último material, titulado Lo nuestro. Según ha comentado en entrevista, el concierto estará marcado por un sonido rock. Por eso, para ella era fundamental poder venir con su banda completa, con quienes ha trabajado en nuevos arreglos para canciones de álbumes anteriores.

Mientras llega el día del concierto, te dejamos cinco canciones para que te vayas enganchando con la música, voz y palabras de Christina Rosenvinge:

https://web-beta.archive.org/web/20161017001723if_/https://embed.spotify.com/?uri=spotify:user:purasturas:playlist:1Eoe5hzIGxQR20ZWldYe3t

Michael Waldrep, “El crecimiento urbano: la ciudad de México a través del tiempo” (traducción)

Original: Michael Waldrep, “Urban Growth: Mexico City over Time” (publicado por Michael Waldrep en Fulbright-National Stories el 6 de febrero de 2015.)

Traducción: Grecia Monroy Sánchez (6 de 17)
*Las fotos y vínculos incluidos aquí son los mismos que en la entrada original.

El crecimiento urbano: la ciudad de México a través del tiempo

Un gif animado (da click para verlo en movimiento) que muestra el crecimiento del área urbana de la ciudad de México de 1950 a 1990. Adaptado de un un gráfico de la maravillosa tesis doctoral del año 2000 de José Castillo: Urbanismos de lo informal (título original: Urbanisms of the informal: spatial transformations in the urban fringe of Mexico City.)

Un gif animado (da click para verlo en movimiento) que muestra el crecimiento del área urbana de la ciudad de México de 1950 a 1990. Adaptado de un un gráfico de la maravillosa tesis doctoral del año 2000 de José Castillo: Urbanismos de lo informal (título original: Urbanisms of the informal: spatial transformations in the urban fringe of Mexico City.)

En el gif anterior, podemos ver cuarenta años de expansión del área construida de la ciudad de México, creciendo contra y alrededor de colinas, lechos de lagos y otros obstáculos. En la planeación urbana, este tipo de imágenes me atrae mucho: son evocativas y basadas en hechos, aunque no te cuenten toda la historia desde el principio. Al igual que la observación directa de la ciudad, requiere intuición e imaginación para armar la historia.

El ritmo del gif es rápido y, aunque lo pude haber dispuesto para correr a cualquier velocidad arbitraria, para mí hace sentido. He estado pensando mucho en esta ciudad tal como ha existido a lo largo de tiempo, así como en maneras de representarlo. Algo rápido, algo apenas comprensible a primera vista parece hacer sentido, pues esos términos pueden igualmente ser usados para describir el crecimiento de la ciudad en su historia reciente. Hablando sólo del Distrito Federal, o del cuadro más central de la ciudad, la población ha crecido de aproximadamente 3 millones de residentes a cerca de 9 en los últimos cincuenta años del siglo XX.

Una vista del norte desde el centro de la ciudad de México. Fotografía de Michael Waldrep. Da click para hacer más grande.

Una vista del norte desde el centro de la ciudad de México. Fotografía de Michael Waldrep. Da click para hacer más grande.

Usualmente, es bastante difícil pensar en la ciudad como algo que existe simultáneamente en nuestro propio tiempo y como una construcción fluida que cambia con cada casa que construimos, con cada calle repavimentada o con cada estructura perdida. Afortunadamente, para mi propio estudio, la ciudad de México despliega orgullosamente su historia —en su muy diversa arquitectura, en sus tradiciones, en sus vestigios de paisaje natural. En la vista anterior de la Torre Latinoamericana, uno de los más viejos rascacielos en la ciudad y, sin duda, el más céntrico, uno puede ser cercanas construcciones coloniales y, más allá del marco, los modernistas edificios de Tlatelolco —una amplia franja de verde marca tanto un momento del pensamiento arquitectónico como la extensión de un enorme patio de ferrocarriles que estuvo ahí antes de que las viviendas fueran construidas. Más lejos, más allá del espacio del centro de la ciudad y —como es regla general— más allá del tiempo de la fundación de la ciudad, construcciones informales de casas trepan por la Sierra de Guadalupe. Más allá de esas colinas está Cuautitlán y otros crecientes ciudades en el Estado de México —un fenómeno tan nuevo y tan disperso que en gran parte se encuentra fuera de esta vista, incluso desde esta privilegiada perspectiva.

Los edificios de la unidad habitacional Nonoalco Tlaltelolco en una fotografía de 1965, pocos meses después de la inauguración del conjunto. La toma es desde lo alto de la Torre Insignia. Imagen: Rodrigo Moya, Colecciones Fotográficas de Fundación Televisa, via La Ciudad de México en el tiempo. [En español en el original. N. d. T.]

Los edificios de la unidad habitacional Nonoalco Tlaltelolco en una fotografía de 1965, pocos meses después de la inauguración del conjunto. La toma es desde lo alto de la Torre Insignia.
Imagen: Rodrigo Moya, Colecciones Fotográficas de Fundación Televisa, via La Ciudad de México en el tiempo. [En español en el original. N. d. T.]

Una de mis cosas favoritas de la ciudad es lo presente que su historia se siente, y cómo mucha gente parece deleitarse con ella. Un ejemplo encantador es el grupo de Facebook “La ciudad de México en el tiempo”, donde puede encontrarse la foto anterior de las torres de Tlaltelolco, en 1965, el año de su inauguración. Cerca de 300,000 personas siguen la página, y cientos, sino es que miles, diariamente disfrutan (y le dan “like”) de las fotos que se comparten desde varios archivos.
Me gustaría añadir, como nota personal que esta semana marca la mitad del camino de mi beca, y las fotos que tomé hace cuatro meses y medio están empezando a tomar aire fuera del archivo. Cada día estoy constantemente aprendiendo cómo vivir y trabajar aquí. Puede ser arduo, especialmente cuando encajar está más a menos fuera de la cuestión, pero, al mismo tiempo, es una ciudad llena de gente emocionada de hablar y compartir su conocimiento del lugar conmigo, desde personas que me encuentro en la calle a gente en el gobierno, en la academia y en las artes. Es una ciudad tan enorme, tan compleja, llena de tantas auténticas vidas individuales, como para que pueda resumirse de un solo modo, excepto para decir que me gusta. Espero que ustedes estén disfrutando mis impresiones también y que sigan acompañándome mientras continuo explorando y compartiendo lo que veo.

Michael Waldrep, “Cómo los proyectos de vivienda a las afueras de la ciudad de México dan paso a nuevas necesidades” (traducción)

Original: Michael Waldrep, “How Mexico City’s Outer Housing Projects Give Way to Changing Needs” (publicado por Michael Waldrep en Fullbright National Geographic Stories el 27 de enero de 2015.)

Traducción: Grecia Monroy Sánchez (5 de 17)
*El comentario, fotos y vínculos incluidos aquí son los mismos que en la entrada original.

Cómo los proyectos de vivienda a las afueras de la ciudad de México dan paso a nuevas necesidades

Esta casa transformó su lugar de estacionamiento asignado en un jardín, y añadió un piso extra para, entre otras cosas, atrapar el último resto de luz de sol invernal. Fotografía de Michael Waldrep.

Esta casa transformó su lugar de estacionamiento asignado en un jardín, y añadió un piso extra para, entre otras cosas, atrapar el último resto de luz de sol invernal. Fotografía de Michael Waldrep.

Continuando su misión de documentar la ciudad de México, sus vecindarios y sus 22 millones de habitantes, mediante escritura, mapeo, visualización de datos, fotografía y video, el becario de Fulbright-National Geographic, Michael Waldrep, nos comparte imágenes y observaciones del fraccionamiento Galaxia, en la zona metropolitana, construido en una época en la que la aspiración de la clase media era poseer un cierto tipo de casa unifamiliar, con espacio para un coche. Sin embargo, conforme los tiempos y las necesidades cambian, también cambia la ciudad, transformándose en un nuevo paisaje que refleja las necesidades modernas.

Galaxia, el fraccionamiento en Cuautitlán en el cual pasé el mes de diciembre, con sus calzadas pavimentadas y su amplio bulevar principal, fue diseñado para automóviles. Fue desarrollado por un gobierno que seguía las tendencias internacionales, en una época en la que la optimista imagen arquitectónica de la prosperidad para la creciente clase media mexicana no son los modernistas edificios de Tlaltelolco, sino la casa unifamiliar.

La casa típica de aproximadamente 600 pies cuadrados (55 metros cuadrados) es suficiente para muchos, tal como para aquéllos cuyos hijos quizás ya no viven en la casa, o para aquéllos con una familia cerca del promedio de cuatro miembros. Para otros, el tamaño de la casa estándar diseñada por la firma local GW Arquitectura puede no ser suficiente. Aquéllos que necesitan más y pueden pagarlo tienen la posibilidad de remodelar sus casas y ampliarlas.

En un área en la que los carros están en general más allá de las posibilidades financieras de los residentes y el transporte es provisto por errabundos peseros, un lugar de estacionamiento fue asignado a cada casa. Aunque el auto puede ser tanto una herramienta útil como un deseable símbolo de estatus, sólo cerca de la mitad de los residentes de áreas como Galaxia posee un coche, de acuerdo con el Departamento de Transporte de los Estados Unidos. Con base en lo que yo vi en Cuautitlán, la cifra es aún menor. Así, la abierta entrada para coches parece estar rápidamente dando paso a otras estructuras, ya sea para tener mayor seguridad en el estacionamiento o para emprender aventuras de pequeños negocios. La construcción hacia arriba de la casa también permite más espacio para la vivienda y oportunidades de ingresos.

Este pequeño ensayo fotográfico es, para mí, parte de un intento de mostrar cómo la gente común en las desarrollos “formales” de viviendas en las afueras de la ciudad de México está apropiándose del espacio, transformando una arquitectura formulaica en algo más útil para ellos, en los términos que ellos mismos definen.

Conforme el año nuevo empieza, puedes seguir el avance de mi investigación por aquí y en Instagram, @michaelwaldrep, mientras comienzo a investigar diferentes formas de planeación y de arquitectura, y las reacciones populares a ambas, todo lo cual cual da forma al entorno de millones de vidas, de un lado a otro de los bordes de la ciudad.

En Galaxia, construir una estructura en el lugar de estacionamiento asignado, da a las familias espacio para emprender un negocio, rentarlo a otros emprendedores o simplemente tenerlo como espacio privado.

En Galaxia, construir una estructura en el lugar de estacionamiento asignado, da a las familias espacio para emprender un negocio, rentarlo a otros emprendedores o simplemente tenerlo como espacio privado.

Una pequeña adaptación como un simple valla de reja metálica puede dar a los residentes una sensación de seguridad y posesión sobre su espacio.

Una pequeña adaptación como un simple valla de reja metálica puede dar a los residentes una sensación de seguridad y posesión sobre su espacio.

Un tercer piso en esta casa de la esquina no sólo da al propietario más espacio de vivienda, sino también la oportunidad de rentar o vender el punto más elevado a un proveedor de servicio de teléfono celular.

Un tercer piso en esta casa de la esquina no sólo da al propietario más espacio de vivienda, sino también la oportunidad de rentar o vender el punto más elevado a un proveedor de servicio de teléfono celular.

En la cercana Haciendas Cuautitlán, un extra oficial, pero muy usado, camino a través de un lote vacío contiguo a un mercado local debe servir como una pista para los planificadores y diseñadores, al respecto del mejor modo de adaptar el paisaje a las necesidades y deseos de los residentes.

En la cercana Haciendas Cuautitlán, un extra oficial, pero muy usado, camino a través de un lote vacío contiguo a un mercado local debe servir como una pista para los planificadores y diseñadores, al respecto del mejor modo de adaptar el paisaje a las necesidades y deseos de los residentes.

Trazando rutas ciclistas: mapeo colectivo en Google

Publicado en Cultura Colectiva (con el título de “Las rutas más seguras para los ciclistas, mapeo colectivo en Google.”)

(Denisse Gotlib y Grecia Monroy.)

El jueves 4 de febrero decenas de ciclistas se dieron cita en las instalaciones de Google México para realizar el primer taller de mapeo colectivo de rutas ciclistas organizado por la empresa de tecnología. El objetivo fue preparar el terreno para que eventualmente tengamos información disponible sobre las rutas de bicicleta en la ciudad de México.

Según la plataforma TomTom, que mide el tráfico en las calles de doscientas ciudades del mundo, la Ciudad de México ocupa el segundo lugar en congestión vial. Ante esto, nuestra ciudad no parece tener ningún plan integral. Aun así, hay algunos fenómenos excepcionales que pueden formar parte de la solución.

El ciclismo como medio de transporte ha formado parte de la cultura mexicana desde hace décadas. Sin embargo, desde hace más o menos diez años, la actividad ciclista en la ciudad de México ha aumentado considerablemente, tanto por las políticas gubernamentales para promover el uso de la bicicleta (ejemplo de ello es EcoBici), como por, principalmente, las luchas e iniciativas de las más de 80 asociaciones ciclistas que actualmente funcionan en el D.F.

La respuesta ciudadana a la implementación del proyecto ciclista ha sido variada y, recientemente, la discusión ha retomado fuerza con la publicación del nuevo Reglamento de Tránsito de la ciudad. Hay muchos asuntos de convivencia y de circulación que aún quedan pendientes, pero no cabe duda de que hay herramientas que pueden ser de gran ayuda en una ciudad tan grande y compleja como la nuestra.

En este contexto, el pasado 4 de febrero Google México convocó a un taller para que, tanto organizaciones ciclistas, como ciclistas independientes de la ciudad de México y el resto del país aprendieran a utilizar Map Maker, un software de gestión colaborativa mediante el cual se pueden editar los mapas de Google, y pudieran agregar las rutas ciclistas o vías seguras para circular en bicicleta.

Los ciclistas llegando a Google.

Los ciclistas llegando a Google.

Ese día, platicamos con Florencia Bianco, la Directora de Comunicaciones y Asuntos Públicos de Google Latinoamérica, quien nos dio detalles importantes sobre el proyecto.

Para Bianco, la iniciativa del taller surge para “enseñarles a las organizaciones ciclistas cómo pueden utilizar Map Maker para el trazado de rutas ciclistas”, pero también “que aporten lo que ellos saben para que el mapa eventualmente sea más comprensivo y más útil.”

La iniciativa es inédita en nuestro país: “Es la primera vez que recurrimos a los usuarios para que nos ayuden a hacer este mapa ciclista. Al final, nadie conoce la ciudad mejor que el que la transita. Lo que estamos tratando de hacer es dar la capacidad para que puedan generar los datos que nutran y que nos ayuden a tener mejores mapas.”

Para Florencia, aunque la iniciativa está aún en modo de prueba, el modelo en el que los usuarios nutren información a los mapas puede funcionar en México porque aquí se cumplen tres condiciones esenciales: “por un lado, en el caso del ciclismo, hay una comunidad vibrante, hay muchísimas organizaciones. Están Bicitekas, Bicired, ITDP, Visión Cero, que no sólo es de ciclistas, sino también de peatones, y Transita Seguro. También hay involucramiento del Gobierno, particularmente del Gobierno de la Ciudad de México: de EcoBici, del Laboratorio de la Ciudad de México, que está haciendo el mapatón. En segundo lugar, tenemos en México algo que no hay en todos los países: doce Coordinadores Regionales de Google, es decir, doce voluntarios que han sido escogidos por Google por la cantidad de ediciones que han hecho a los mapas y la calidad de sus contribuciones. Y, en tercer lugar, hemos visto que en México hay avidez por contribuir. Lo hemos visto tanto en plataformas como Waze, que es un producto de Google, como en plataformas que no son de Google, como Open Street Map, o Repubicla.”

Asimismo, como empresa, Google tiene políticas que incentivan las prácticas ciclistas: “tenemos bicicletas a disposición de los empleados, un rack para bicis, las duchas, el Bike to work day. Creo que también por eso esta iniciativa generó interés, incluso motivación, dentro de Google.”

A lo largo de las cuatro horas que duró el taller de mapeo, los ciclistas se familiarizaron con la plataforma Map Maker. Se les invitó, en primer lugar, a ir marcando las rutas ciclistas “oficiales”, ya sea que se tratara de carriles confinados físicamente o sólo marcados en el pavimento. Esto con la intención de tener una base mínima a partir de la cual, después, añadir las rutas no oficiales, pero conocidas por los ciclistas como seguras.

Los ciclistas durante el taller de mapeo en Google.

Los ciclistas durante el taller de mapeo en Google.

Cabe aclarar que esta capa de modificaciones de las rutas ciclistas realizada por los usuarios no aparecerá aún en el mapa de Google. Como puntualizó Florencia Bianco, mediante el taller, Google quiere conocer “[…] cuánta y qué tipo de información se puede recabar, cuánta cobertura logramos de la ciudad y, eventualmente, nuestros equipos de Google Maps van a revisar esta información, verificarla y esperamos poder ofrecerla pronto.”

El entusiasmo de los participantes era evidente. Para muchos de ellos, un taller así, organizado por Google, representa, en palabras de Marisol García, quien tiene una comunidad en Facebook llamada “Por una cultura ciclista” y quien transita por la zona centro-norte de la ciudad: “apoyar a la comunidad. Sobre todo en conocimiento, porque cuando vas iniciando en bici siempre te da miedo, porque no hay mucha información”. Para Guillermo Aguirre, el mapeo es importante porque existen zonas de la ciudad “poco accesibles, donde de plano no existe infraestructura, como Atizapán, Cuautitlán, Naucalpan, Tlalnepantla o Ecatepec. Entonces, requieres tener una herramienta que te permite reconocer qué caminos han utilizado otros ciclistas.”

Muchos de los participantes hicieron hincapié en la necesidad de que exista un programa de educación vial integral, con énfasis en el respeto y la protección de todas las personas que utilizamos las calles de nuestra ciudad. Para Guillermo Aguirre de VHF de Transvition Bike, es fundamental entender que “vayas en automóvil, en patines o en bicicleta, al final de cuentas quien va es una persona.” Felipe Zacarías, quien mapeó parte del sur de la ciudad, reconoce que los ciclistas “nos hemos intentado adueñar de las calles, pero no hemos entendido que es compartido, que hay que ser tolerantes, que hay que ceder, que hay que convivir en la ciudad.” Asimismo, para Sara Larios Villagrán, del grupo Biciardillas Aragón, es un problema de todos: “es cultura para todos, no sólo para los automovilistas, no sólo para los ciclistas.”

Aunque habrá que esperar para saber el diagnóstico del experimento de mapeo, a continuación mostramos la imagen que da cuenta del trabajo realizado durante el taller:

Mapa de la ciudad de México después del taller de mapeo. Las ediciones ciclistas en Map Maker aún no son visibles en Google Maps.

Mapa de la ciudad de México después del taller de mapeo. Las ediciones ciclistas hechas en Map Maker aún no son visibles en Google Maps.

Como ya mencionamos antes, este taller de mapeo fue un primer paso en un proceso que seguirá requiriendo tanto de la colaboración de los usuarios como de Google. Sin embargo, sin duda es un gran comienzo dado que toma como base a los usuarios mismos y eso es un buen síntoma para cualquier proyecto.

“Me infiltro en el sistema y exploto desde adentro”: la industria musical y las causas políticas

Publicado en Acordes Modernos y en Cultura Colectiva (en este último, con el título “«Donde hay poder hay resistencia»: la industria musical y las causas políticas.)

Afectados por los desahucios en escena en el concierto de Nacho Vegas. | Gustaff Choos

Afectados por los desahucios en escena en el concierto de Nacho Vegas. | Gustaff Choos

(Denisse Gotlib y Grecia Monroy.) Hace unos días, el cantante español Nacho Vegas ofreció un concierto en Barcelona que estuvo a punto de ser cancelado debido a que, como parte de su espectáculo, el músico quería proyectar un video de burla, parodia y protesta al banco que patrocinaba el evento (Banc Sabadell). Es bien sabido que el asturiano ha participado activamente en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y otros movimientos sociales. La disputa entre Vegas y los patrocinadores, que finalmente terminó cuando llegaron al acuerdo de que sí se proyectara el video, permite reactivar la reflexión sobre las posibilidades de la protesta o de la resistencia en el ámbito de la “industria cultural”.

https://web-beta.archive.org/web/20161017001723if_/https://www.youtube.com/embed/pAvmIw6gMXc
Gestos como los de Vegas muchas veces han sido interpretados como hipocresía: ¿cómo es que los músicos pueden criticar “al sistema” a la vez que forman parte de él y, en algunos casos, lo reafirman participando dentro de festivales organizados por grandes empresas? Algunos dirían que es insostenible pretender representar o “dar voz” a las causas de los pobres, de los marginados o de los oprimidos y, por otro lado, ganar dinero (en algunos casos, mucho dinero) mediante tratos con disqueras y con otros elementos de la industria productiva de la música. Pero, ¿entonces la disyuntiva es estar radicalmente de un lado o del otro? ¿No hay solidaridad posible si no es enunciada desde el preciso lugar de carencia o de opresión?

Algunos elementos al respecto de la posibilidad de acción transgresora dentro de la industria cultural se remontan a los orígenes mismos de este concepto, acuñado por Theodor Adorno y Max Horkheimmer en los años cuarenta del siglo pasado y que se refiere a la industria encargada de producir bienes culturales de forma masiva. Sin embargo, la idea de que la industria cultural es un ente hegemónico, avasallador y totalizador fue reformulada después por otros teóricos, quienes centraron su atención no en su hegemonía y homogeneidad sino en los resquicios y las fisuras por las que se le podía “dar la vuelta” a algunos de sus procesos.

La música, como cualquier otro arte, tiene diferentes posibilidades para aprovechar estos resquicios y fisuras como espacios de transgresión o protesta. En América Latina, en años recientes, hubo un caso que echó más leña al fuego a esta cuestión. Con frases como “Me infiltro en el sistema y exploto desde adentro” o “Adidas no me usa: yo estoy usando Adidas,” el trío puertorriqueño Calle 13 lanzaba una contundente declaración de principios. Además, mediante sus poderosas letras y atractiva música, Calle 13 dio forma a una identidad latinoamericana que tiene una larguísima tradición de formación previa, pero que, al calor del ritmo del reggeaton/rock/rap de estos músicos, alcanzó un público masivo quizás sin precedentes. La expresión más paradigmática de esto es la estética del video de su canción “Latinoamérica”.
https://web-beta.archive.org/web/20161017001723if_/https://www.youtube.com/embed/DkFJE8ZdeG8
Aunque no idénticos, otros ejemplos en los que la música y la política se han entrelazado de modo explícito son festivales como el Wirikuta Fest organizado por músicos como Rubén Albarrán de Café Tacvba para la defensa de Wirikuta (un territorio huichol amenazado por una minera canadiense), el involucramiento de Bono de U2 en brigadas por la paz y demás organizaciones internacionales, Elton John como embajador inglés de los derechos LGTB en distintos países del mundo, entre otros.

Hay algunos otros casos que, sin embargo, conviene colocar en párrafo aparte porque introducen una distinción que más adelante matizaremos. Se trata de actos a veces menos visibles o espectaculares que los anteriores, pero que modifican directamente, aunque sea en escala pequeña, las relaciones inmediatas y la participación de algunos elementos dentro del sistema. Por ejemplo, la creación de plataformas de música colaborativa y de descarga gratuita, como Fundación Robo, o bandas que han propuesto formas alternativas de adquisición de discos, como Radiohead con el álbum In Rainbows que fue ofertado con la modalidad “lo que el cliente quiera pagar”.

Otra distinción que conviene tener en cuenta es, por un lado, cuando los actos político-musicales asumen como interlocutor a la gente en general, con una intención de toma de conciencia o de valoración de la propia situación (podríamos ilustrar esto con el caso “Latinoamérica” de Calle 13) y, por otro lado, cuando el interlocutor es la esfera política o cierta autoridad sobre la que se pretende ejercer presión para que realice o no ciertas acciones en una situación determinada (caso ejemplar de esto sería la ya también aludida labor que Bono de U2 encabezó para lograr que algunos países occidentales y los bancos acordaran cancelar la deuda de África, proyecto en el que se enmarcaron los masivos conciertos de Live Aid y Live 8.)

Al respecto de lo primero, esos actos político-musicales suelen tener el tono, ya sea en un concierto o en una canción, de una protesta pública, de un festival, de un carnaval. Es decir, abren un espacio en el que las cosas son diferentes a la manera en que usualmente son o nos figuramos que son. En esta época en la que la profesionalización y el ansia de clasificación nos ha dado la falsa imagen de que todo tiene su lugar específico y que no está bien mezclar unas cosas con otras (trabajo o escuela con diversión, lo público con lo privado, el arte con la política), el hecho de que la música estreche manos con causas políticas de manera explícita nos puede recordar que, en realidad, todo tiene que ver con todo. Asimismo, nos recuerda que nos queda el espacio simbólico de la canción y del escenario para construir mundos alternativos. Finalmente, también otorga un sentimiento, quizás fugaz o breve, pero no por eso menos verdadero, de valoración, de reconocimiento, de sentir en nuestros hombros el peso apremiante, pero inspirador, de sabernos sujetos a una historia común.

Al respecto de lo segundo, es fundamental partir del hecho de la inmensa atención mediática que ciertos fenómenos musicales han obtenido y que los coloca, en cierto modo, en un nivel equiparable al que tienen los ámbitos políticos (y, sin duda, mucho mayor que el de la esfera académica). En ese sentido, ambos “mundos” son interlocutores y, por lo tanto, podría entenderse que los músicos famosos pueden transmitir ciertos mensajes a la esfera política que, de otro modo, quizás no le llegarían y, lo mismo en sentido contrario, es decir, que los músicos pueden llevar a la gente (a “las masas”) debates y mensajes que podrían quedarse acotados exclusivamente al medio político o académico. Esta labor que podemos llamar “mediadora” de los músicos y de la industria musical tiene un buen ejemplo en lo que hicieron Bono y Bob Geldof al respecto de la pobreza en África, lo cual incluye tanto el papel protagónico que tuvo el primero en las “negociaciones” con líderes occidentales como Bill Clinton con el fin de lograr la cancelación de la deuda africana, así como la función de Geldof como orquestador de los conciertos masivos Live Aid y Live 8, los cuales recaudaban dinero para la causa y, al mismo tiempo, visibilizaban la problemática a públicos estadounidenses y europeos.

https://web-beta.archive.org/web/20161017001723if_/https://www.youtube.com/embed/F9fVqcgunNc

Es bien sabido que casos así generaron gran polémica en su momento y que sus resultados “efectivos” son difíciles de medir aun ahora. La polémica tiene que ver, básicamente, con la desconfianza que acarrea que un par de figuras del medio de espectáculo, ajenas al contexto del cual están hablando, sean los portavoces y actores principales de la acción. El asunto es complejo, porque, además, es preciso juzgarlo en el marco de situaciones históricas tan fuertes como el colonialismo y la discriminación. En este sentido, “el lugar de enunciación”, es decir, el lugar geográfico, social, económico, racial, lingüístico y político desde el que habla o convoca cada artista es fundamental, porque pone en juego la perspectiva desde la cual cada quien opina y actúa sobre los problemas del mundo.

Pero aquí volvemos a la pregunta inicial: ¿no hay solidaridad posible si no es enunciada desde el preciso lugar de carencia o de opresión?

Es poco probable que algún día alguien reciba el reconocimiento de la legitimidad absoluta ante los actos que realiza. Nadie puede ser 100% coherente porque vivimos en circunstancias heterogéneas, desfasadas, contradictorias. Por eso, conviene juzgar caso por caso y ver más allá de lo que se muestra. En todo caso, exigirles a los otros, músicos y artistas incluidos, lo mismo que nos exigiríamos a nosotros mismos ante cierta situación problemática que nos es común.

Como postura teórica esperanzadora, nos gustaría traer en este punto a Michel De Certeau cuando habla de las diferencias entre dos modos de acción: la estrategia y la táctica. Para el teórico francés, las empresas o las personas que ejercen el poder a gran escala emplean estrategias para administrar las relaciones sociales y dominar (relativamente) a los sujetos, puesto que son dueños de los medios de producción de las mercancías y de los lugares por los que nos desplazamos, dictan muchas de las reglas del mercado y toman decisiones de forma privada que impactan en la esfera de lo público. En ese sentido, la industria de la música se rige, en su gran mayoría, por las empresas que administran los conciertos y la boletería, las disqueras, las compañías de publicidad, los patrocinadores de los festivales y otros actores y factores que, de hecho, no tienen que ver directamente con la música, con los artistas, ni con el público.

Sin embargo, como decía Michel Foucault, “donde hay poder hay resistencia”. De Certeau habla de que las masas y los sujetos no son tan fácilmente manipulables como durante mucho tiempo se pensó (incluyendo a los filósofos que mencionamos al principio, Horkheimmer y Adorno, y sus planteamientos sobre la industria cultural) y que emplean cotidianamente tácticas desde las cuales responden a las estrategias de los poderosos. Estas tácticas son pequeños actos de resistencia no contemplados por el proyecto global y totalizador de los estrategas. Ejemplo de esto sería el caso con el que abrimos este texto: lo que hizo Nacho Vegas al proyectar, durante su recital, un video que parodia y protesta contra el banco que patrocina su propio concierto. Un gesto táctico así resulta político tanto en su especificidad concreta (digamos, la toma de postura de Nacho Vegas respecto al banco patrocinador, en el contexto de los desahucios españoles) como en su proyección mediática (que la polémica sirva de pretexto para dar a conocer la causa de la PAH) y, especialmente, en la carga simbólica, perdurable, recreable y replicable que es consecuencia del marco artístico en el que un gesto así se lleva a cabo.

La inmensa mayoría de nosotros sólo podemos actuar desde la táctica y muchos de los gestos de los músicos u otros artistas entrarían también en esta categoría, pues dentro de los espacios controlados por los que transitan, encuentran pequeñas fisuras y puertas desde las cuales contraponerse al sistema en el que todos estamos inmersos.

Si las circunstancias fueran ideales, seguramente poco habría sobre lo que protestar. Pero, mientras no sea así, los gestos políticos de la música no son sólo deseables, sino necesarios para, al menos, reactivar ciertas ideas, ciertos impulsos, ciertas sensaciones, ciertos deseos. Como dijo el escritor sonorense Élmer Mendoza, a veces es preciso volver a enseñar a desear, porque sin deseo no hay acción posible.

“Tipo D”, el primer sencillo del nuevo disco de León Benavente

Publicado en Acordes Modernos.

Los cuatro de León Benavente “en peligro” en su nuevo video.

Los cuatro de León Benavente “en peligro” en su nuevo video.

(Denisse Gotlib y Grecia Monroy.) Este pasado jueves 4 de febrero pudimos escuchar el primer sencillo, titulado “Tipo D” (disponible ya en plataformas digitales), del nuevo disco de León Benavente, el cual llevará por nombre 2 y saldrá a la venta el próximo 8 de abril.

La canción salió acompañada de un videoclip dirigido por la gijonesa Sara Condado, en el cual podemos ver a los cuatro leones estáticos ante adversidades poco convencionales: pelotas de ping-pong, gallinas, humo y fuegos artificiales. Estas situaciones nada peligrosas, sino más bien algo absurdas, acompañan los tres minutos y medio de la canción, cuya letra es una larga enumeración de cínicos e ingenuos deseos de poder, referidos incluso a su misma canción: “Quiero convencerte de que lo que está sonando es un hit”. El tono lírico de esta canción nos recuerda un poco a la de “El rey Ricardo”, de su álbum pasado. Musicalmente, este primer sencillo se aleja del sonido del disco anterior, en el que las guitarras eléctricas abundaban, y más bien da prioridad a los sintetizadores.

Además, la banda ha anunciado algunas fechas de conciertos por España, la primera de las cuales coincide con la salida del disco, el 8 de abril. La lista completa de fechas es:

8 abr | BURGOS Sala Hangar (Ciclo Uburama)
22 abr | MALLORCA La Red Club
23 abr | IBIZA Sueños de Libertad
6 y 7 may | MURCIA SOS 4.8
14 may | CÓRDOBA Sala Hangar
19 may | MADRID Joy Eslava (Escenario Eslava)
27 may | SEVILLA Teatro Central
2 jul | ARNEDO (LA RIOJA) Fárdelej Festival
29 y 30 jul | BENIDORM (ALICANTE) Low Festival

https://web-beta.archive.org/web/20161017001723if_/https://www.youtube.com/embed/M3zQX7A-qQU